La generación eléctrica es una fuente importante de contaminación, especialmente debido al consumo y quema de combustibles, y la larga vida útil de las plantas. Esto afecta gravemente la calidad del aire, agua y suelo en las regiones cercanas, especialmente comunidades rurales con recursos limitados, que sufren deterioro en su salud y calidad de vida. Un estudio reciente modela las emisiones de la Central Termoeléctrica de Tula y muestra graves violaciones a las normas de calidad del aire, poniendo en riesgo la salud de las comunidades cercanas. El uso de combustóleo por parte de la planta ha exacerbado esta situación, infringiendo múltiples regulaciones.