Iniciativa Climática de México

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Esa mala costumbre de respirar

Esa mala costumbre de respirar Verónica Garibay Bravo Gerente de Transporte y Electromovilidad en Iniciativa Climática de México, ICM El aire que parece y huele limpio puede estar contaminado. No todo el tiempo respiramos bajo una capa visible de humo gris y, de hecho, la contaminación del aire no siempre es fácil de detectar. La mayoría de los problemas generados por la polución atmosférica se acumulan gradualmente, al respirar aire contaminado durante meses o años, y se convierten en padecimientos crónicos, ocasionan muerte prematura o incrementan enfermedades como el Alzheimer.  Generalmente han sido las crisis las que ayudan a sensibilizar sobre la problemática. El llamado “gran smog de Londres de 1952” (el cual, por cierto, se describe con detalle en la muy famosa bioserie de la fallecida monarca del Reino Unido) marcó el inicio de los estudios sobre contaminación del aire y mortalidad prematura, por la gran cantidad de muertes e ingresos hospitalarios que ocasionó. Desde entonces, se ha multiplicado la evidencia científica que demuestra que éste sigue siendo un problema de salud pública que afecta particularmente, a las infancias, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas con padecimientos crónicos y grupos de ingresos bajos.  En este siglo XXI, también se han incrementado las películas con temáticas relacionadas a un futuro postapocalíptico en el que el aire contaminado es central. Pero no basta con que en el imaginario colectivo sea un temor vigente, la información relacionada con la mala calidad del aire no ha generado las respuestas colectivas necesarias para atender la problemática.  De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de las personas en el mundo estamos expuestas a niveles insalubres de contaminación, es decir, a una mala calidad del aire, y esto tiene consecuencias importantes en nuestra salud. Comúnmente asociamos la contaminación del aire con padecimientos respiratorios leves, como tos, rinitis, o incluso asma. Pero la exposición continua a una mala calidad del aire puede desencadenar una serie de padecimientos múltiples, no sólo respiratorios, sino también cardiovasculares, metabólicos, neurológicos y gestacionales.  En ese sentido, debemos subrayar que los efectos negativos del cambio climático afectan directamente la calidad del aire. Por ejemplo, los incendios en grandes regiones de Canadá y Estados Unidos ocasionaron que ambos países presentaran el mayor incremento de contaminación atmosférica de todo el mundo. Se calcula que el 50 por ciento de los canadienses respiraron un aire que excede sus estándares de calidad del aire al registrar la más alta polución por partículas desde 1998, según el Índice de Calidad del Aire 2025 del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC por sus siglas en inglés).  El deterioro de la calidad del aire es, a escala urbana, una de las múltiples dimensiones de la emergencia climática en que vivimos. La quema de grandes cantidades de combustibles fósiles, además de exacerbar el efecto invernadero, es también una de las principales fuentes de las partículas y el ozono, los contaminantes relacionados con los padecimientos mencionados en párrafos anteriores.  La buena noticia es, entonces, que muchas de las acciones que se implementen en las ciudades para mitigar el cambio climático seguramente tendrán beneficios. En primera instancia, para la salud de sus habitantes más vulnerables: niñas, niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y grupos de ingresos bajos. La responsabilidad de estas acciones recae en todas las personas: gobiernos, industria, ciudadanía, academia.  Está demostrado que una buena alimentación contribuye a conservar la salud y el bienestar físico. Si hemos de cuidar lo que comemos y bebemos para tener una buena calidad de vida, pensemos también en lo que entra al organismo a través de nuestros pulmones. A fin de cuentas, todas las personas, sin excepción, tenemos la mala costumbre de respirar.  Esta columna fue publicada en la versión impresa de Excélsior el 5 de octubre de 2025. Facebook Twitter LinkedIn Noticias recientes

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Rumbo al 2030: protejamos la biodiversidad

Rumbo al 2030 la biodiversidad pasa, dejemos que siga pasando Por José Morales, gerente de cambio climático y biodiversidad en Iniciativa Climática de México ¿En qué lugar el maíz no sólo alimenta, también une, celebra y cuenta historias? ¿En dónde una flor es altar y medicina? En México esa síntesis sucede con una raíz en común: la biodiversidad. Esta palabra fue creada en la década de 1980 para referir vida, para decir variedad. No fue una única voz la que sugirió el término, sino varias. Es resultado de una creación colectiva de científicos que buscaban sintetizar las múltiples formas de vida.  Esas voces encontraron una palabra para hablar de la variedad de plantas, hongos y animales. Todo lo que respira, crece y se transforma. Biodiversidad. Necesitaban una palabra que explicara cómo pasa la vida. Porque gracias a esta variedad pasan cosas en el mundo, pasan en México: Pasan más de 60 razas de maíces nativos. Pasan el mole poblano, mole verde, mole negro, mole amarillo y otros más. Pasan los saberes vivos de remedios, alimentos y rituales. Pasan los manglares que protegen y crían. Pasa el cenzontle que canta. Todo pasa, pero nada garantiza que pase mañana. La vida se encuentra amenazada, por una deforestación que avanza en selvas y bosques. Amenazada por la contaminación de nuestra tierra y agua, por el tráfico de especies que llega a las casas y cruza océanos, por el cambio climático que transforma la vida.  En el 2030, los países, incluyendo México, presentarán los avances de un gran número de compromisos globales: el Acuerdo de París, el Marco Mundial de Biodiversidad o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estos acuerdos han ganado espacio en nuestras conversaciones, ya no es raro escuchar de la crisis climática, y las naciones han empezado a actuar para atender estos compromisos. Sin embargo, sólo conservando la biodiversidad existe la posibilidad de alcanzarlos, es la pieza en común, la pieza única. Pensemos en las hormigas: se calcula que existen cerca de 12,500 especies en el mundo. Su variedad va de la mano de los espacios que habitan. Sin esa variedad todos perdemos. Ellas ayudan en la dispersión de semillas, controlan plagas, o ayudan a la fertilización de los suelos. El cambio climático, les afecta y con ello se  trastoca la red de vida. La biodiversidad que hace posible que pasen cosas.  La biodiversidad no es sólo cosa de expertos.  En México, por ejemplo, es asunto de personas que comen, beben, disfrutan y sueñan un futuro con la vida. En el marco del Día Mundial de la Diversidad Biológica, celebrado cada 22 de mayo, vale la pena mirar un poco a nuestro entorno para entender por qué estas crisis, profundamente conectadas, amenazan nuestra vida. Si la temperatura sube más de 2 °C, un tercio de las especies que habitan el planeta podrían desaparecer. Si las perdemos, perderemos sabores, fiestas, historias, nuestro pasado común, y un futuro posible. Frente a esto, la conservación de la biodiversidad no es tarea secundaria, es el centro de las soluciones: climáticas, sociales, económicas, es construir el futuro desde lo que hace único a México. El 2030 no es una fecha lejana, sino cada vez más cercana; es además, una meta compartida, una meta desde la cual vivir. Y soñar: haciendo que las cosas que sólo pasan en México, puedan seguir pasando. Este articulo es la columna de Jóse Morales escrita en: https://greentology.life/2025/06/05/greentology-edicion-no-38-junio-2025/ Facebook Twitter LinkedIn Noticias recientes

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México puede liderar con ambición climática, justicia social y participación efectiva en la COP30

México puede liderar con ambición climática, justicia social y participación efectiva en la COP30 Ciudad de México a 29 de mayo 2025.- Durante un encuentro rumbo a la trigésima Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático  (COP30 por sus siglas en inglés), que reunió a Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y miembros de cerca de 40 organizaciones de la sociedad civil, se coincidió en que esta cumbre representa una oportunidad clave para que los países que forman parte de la convención, incluido México, presenten compromisos climáticos robustos vinculados a políticas y financiamiento que permitan su implementación. En este espacio de diálogo, ocurrido en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), se destacó que una acción climática efectiva y justa sólo será posible si gobierno, sociedad civil, sector privado y comunidades trabajan de manera conjunta y coordinada para cumplir con los compromisos globales. Los representantes de las organizaciones pudieron resaltar ante la CMNUCC aquellos temas y políticas que consideran clave para abordar en la COP30 y en la actualización de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) de México, así como los desafíos para avanzar en la implementación de metas ambiciosas. Simon Stiell subrayó que una política climática sólida puede ser un catalizador para alcanzar los objetivos sociales, económicos y ambientales de México: más empleo, innovación, inversión y menor desigualdad. Sin embargo, enfatizó que la acción climática solo será eficaz si es inclusiva y llega a todas las comunidades: urbanas, rurales, indígenas y aquellas en situación de pobreza. En este contexto, la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena Ibarra, quien encabezó la presentación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC) con rumbo a la COP30, aseguró que México se está preparando para lograr una NDC ambiciosa, concreta y realista en temas de mitigación, adaptación y transición hacia una economía circular en todos los sectores clave del país. Explicó que el objetivo es mitigar el 35% de gases de efecto invernadero al 2030 de manera no condicionada, es decir que entre todos los sectores se debe alcanzar una reducción de al menos 140 millones de toneladas de carbono. Además de la ambición, dijo que con esto “…queremos dar señales claras a los sectores productivos, a las inversiones […] porque queremos inversiones sostenibles en el país, y no cualquier inversión y a cualquier costo”.  Asimismo, José Luis Samaniego Subsecretario de Desarrollo Sostenible y Economía Circular, de la SEMARNAT reiteró que México está retomando un rol protagónico en la agenda climática internacional. “La próxima NDC, que incorporará una mayor ambición acompañada de un robusto respaldo técnico y de políticas públicas adecuadas, será clave para consolidar el liderazgo de México en la región. Pronto arrancará el proceso para empezar las consultas multi-actor de la NDC y los grupos sociales y organizaciones civiles son clave para construir e implementar esta nueva NDC; todas las contribuciones son valiosas y serán tomadas en cuenta”. Si bien se reconoció que la COP30, a celebrarse en noviembre próximo en Belém, Brasil, no resolverá todos los desafíos, sí ofrece una oportunidad estratégica para alinear y escalar los compromisos climáticos: “La agenda climática de México debe estar respaldada por políticas nacionales ambiciosas, viables y justas. No es momento para más diagnósticos, sino para decisiones que impulsen una acción climática efectiva, regional y global”, destacó Adrián Fernández Bremauntz, Director de Iniciativa Climática de México (ICM). Con políticas integrales y mecanismos adecuados, México puede demostrar que es posible alinear el desarrollo económico con la justicia social y la acción climática. Esto requiere marcos regulatorios sólidos, instrumentos financieros innovadores, mejores mecanismos de implementación y evaluación, y espacios participativos que garanticen la implementación efectiva de la NDC. “Desde la sociedad civil organizada, reiteramos nuestro compromiso para ser parte activa de la solución: contribuyendo con propuestas técnicas, vigilancia constructiva y articulación social que hagan realidad una transición energética justa, incluyente y sostenible”, puntualizó Fernández Bremauntz. Durante su reciente visita a México, el Secretario Ejecutivo Stiell, concluyó que es vital “diseñar soluciones climáticas en conjunto con los agentes locales, sociedad civil, gobiernos estatales y municipales y las comunidades indígenas -quienes poseen conocimientos tradicionales y una profunda conexión con sus territorios- es fundamental para una respuesta climática justa y eficaz.   Facebook Twitter LinkedIn Noticias recientes

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Comunidad Climática Mexicana presenta herramienta para impulsar el financiamiento climático en proyectos de gobiernos subnacionles

Comunidad Climática Mexicana presenta herramienta para impulsar el financiamiento climático en proyectos de gobiernos subnacionales El empoderamiento de los gobiernos estatales y municipales a través del acceso a recursos de financiamiento es un requisito para enfrentar la crisis climática. La herramienta consta de documentos descargables, videos y plantillas de trabajo que se pueden consultar en: https://recursos.comunidadclimaticamexicana.mx/herramientas. Ciudad de México, 20 de mayo de 2025.- La Comunidad Climática Mexicana (CCM) presentó la Herramienta para la estructuración de proyectos climáticos subnacionales que ayuda a transformar iniciativas locales en proyectos sólidos y alineados con los requisitos de financiamiento nacionales e internacionales. El instrumento digital y gratuito está dirigido a gobiernos estatales y municipales, así como a otros organismos públicos y consultores independientes que requieran recursos para desarrollar proyectos que atiendan la crisis climática. Los estados y municipios representan la primera línea de defensa contra el cambio climático. Se calcula que la inversión en proyectos climáticos debe ser equivalente al 7% del PIB anual y, de esos recursos el 80% requiere ser destinado a gobiernos subnacionales. Sin embargo, se observan rezagos para generar las condiciones y capacidades que faciliten el acceso a financiamiento para iniciativas que aceleren la descarbonización de la economía y su transición justa e incluyente, así como para enfrentar los efectos adversos del cambio climático y potenciar las oportunidades.  “Hemos detectado que los gobiernos subnacionales enfrentan dificultades para acceder a financiamiento y emitir deuda sostenible. Presentan capacidades limitadas para estructurar proyectos que sean técnica y financieramente viables. Se mueven en un contexto de escasa recaudación fiscal para estas iniciativas, fondos federales insuficientes, incertidumbre jurídica para alianzas público-privadas y falta de coordinación interinstitucional”, puntualizó Avelina Ruiz, subdirectora de política climática de ICM. La herramienta se desarrolló a partir de un acompañamiento técnico y financiero con doce gobiernos subnacionales, y amplias consultas con instituciones federales, banca privada, banca de desarrollo y agencias de cooperación internacional, a fin de entender los elementos clave que son necesarios para financiar proyectos climáticos. Este esfuerzo de colaboración fue coordinado por la CCM, iniciativa conformada por la Asociación Nacional de Autoridades Ambientales Estatales (ANAAE), la Iniciativa Climática de México (ICM), el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y el apoyo de UK Pact México. “Los beneficios de la herramienta son múltiples: ayuda a fortalecer proyectos climáticos con modelos de negocio y financieros sólidos e innovadores; prioriza la perspectiva de equidad de género e inclusión social; y hace visible cómo se contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y a la adaptación de sistemas vulnerables”, destacó Saúl Pereyra, gerente de acción climática de WRI México.   Participaron en el diseño de la herramienta actores locales de diferentes regiones del país. Fue construida a partir de lecciones aprendidas con los gobiernos de Baja California Sur, Querétaro, Tabasco, Tamaulipas y de municipios del Estado de México, Puebla, Veracruz, Jalisco y Yucatán, entre otros. La herramienta consta de once módulos que orientan al usuario a planear y desarrollar proyectos climáticos de mitigación y adaptación. “Ofrece una guía sobre cómo identificar fuentes de financiamiento dependiendo del sector en el que se quiera incidir: por ejemplo, energía, transporte, residuos o agricultura. Acompaña al usuario a llevar a cabo un diagnóstico sobre el avance de su proyecto, y ayuda a que los proyectos se estructuren con objetivos climáticos claros y ambiciosos”, puntualizó Mónica Díaz, responsable de proyecto de política climática de ICM. En ese sentido, esta iniciativa responde a un esfuerzo internacional por apoyar el desarrollo de capacidades locales mediante la colaboración y el acompañamiento. En palabras de Héctor Luna, gerente de UK Pact México: “Para el Gobierno del Reino Unido, es una prioridad invertir en el desarrollo de capacidades y el fortalecimiento de habilidades a nivel local. De esta manera, los distintos actores estarán en mejor posición de acceder a financiamiento climático y avanzar en la implementación de proyectos sostenibles, con beneficios concretos en el ámbito social, económico y ambiental”. El financiamiento climático es un indicador central para evidenciar los avances en materia de mitigación y adaptación en las entidades subnacionales. Robustece los avances existentes en localidades en materia legislativa, planes de desarrollo, programas sectoriales y políticas diseñadas para traducirse en metas de descarbonización ambiciosas que, finalmente, garantizarán la implementación de medidas acordes con el Acuerdo de París. La CCM impulsa estos esfuerzos de colaboración toda vez que el cumplimiento de las metas climáticas de cada país se evidenciará en el ámbito subnacional. “El financiamiento climático es ya un asunto central que incluye los recursos que los países puedan aportar para financiar sus proyectos climáticos y aquellos que deberán canalizar por fuentes externas. Asimismo, será esencial priorizar la búsqueda de un equilibrio entre el financiamiento que se destina para acelerar la descarbonización y el que ayudará a construir resiliencia”, puntualizó Angélica Vesga, directora de asuntos públicos y comunicación, WRI México. 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