Iniciativa Climática de México

En movimiento, el tamaño sí importa (parte 1)

En movimiento, el tamaño sí importa (PARTE 1) POR: Dra. Verónica Garibay Bravo, Asesora Senior de Política Climática veronica.garibay@iniciativaclimatica.org En las calles vacías de una ciudad al ocaso (¿o es el amanecer?) un par de camionetas grandes y lujosas son conducidas a alta velocidad, mientras, se lee “be marvellous, be driven, be powerful, be brave”, a ritmo de “Me voy pa’ mi casa” de Cimafunk. El anuncio cierra con un paisaje bucólico, dos camionetas de lujo, y los conductores listos para una carrera más… Be iconic. Lujo, belleza, comodidad, poder. Gracias a la muy exitosa mercadotecnia automotriz los autos se han convertido en una representación de nosotros mismos. No solo nos trasladan, hablan de nosotros: dicen cómo somos, qué valoramos, qué actitud tenemos ante la vida. Entre coches hay marcas, así como entre perros hay razas. En el mercado automotriz mexicano los modelos de mayor venta habían sido tradicionalmente, autos pequeños (los llamados compactos y subcompactos) de 4 cilindros, con rendimiento de combustible aceptable y precio accesible. Sin embargo, de acuerdo con el Registro Administrativo de la Industria Automotriz de Vehículos Ligeros (RAIAVL) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los últimos años las ventas de pick-ups y de camionetas conocidas como SUVs han crecido consistentemente, de manera que en 2022 por primera vez se vendieron más SUVs y pick-ups (56%) que compactos y subcompactos (44%) (INEGI, s/f). En 2023 continuó esta tendencia. Los fabricantes atribuyen este aumento a que los gustos de los consumidores han cambiado, que las camionetas grandes y lujosas son las preferidas ahora. Podría ser, en un mercado en el que no existieran ni la mercadotecnia ni la influencia de las armadoras automotrices en los gobiernos. Nada es casualidad… Para entender este fenómeno hay que analizar lo que ha pasado en el mercado de nuestro vecino del norte. Desde mediados de los años setenta, debido a la crisis petrolera en Medio Oriente, Estados Unidos (EUA) impuso requisitos de rendimiento de combustible mínimos para los vehículos nuevos como una medida de seguridad energética. En ese entonces, los fabricantes de autos cabildearon fuertemente para que la exigencia se hiciera más laxa en función del peso del vehículo, esto hizo que gradualmente fuera más caro producir sedanes pequeños que camionetas, aumentando el margen de ganancia de estas en comparación con aquellos. Esa política, también provocó que el peso de las camionetas aumentara 34% de 1980 a la fecha (Thomas, 2023). A pesar de que las normas de rendimiento actuales (que ahora se combinan con límites de emisión de gases de efecto invernadero) ya no están en función del peso, sí conservan requisitos diferenciados para autos y camionetas, de manera que mientras más grande el vehículo, menos se le exige. De esta manera, la oferta de vehículos compactos y subcompactos en ese país se redujo paulatinamente para dar paso a crossovers, SUVs y camionetas cada vez más grandes, más pesadas, menos eficientes y más contaminantes, pero con mayor margen de ganancia. Estos vehículos se venden tan bien en EUA que los tres grandes de Detroit – Ford, Fiat Chrysler y General Motors – dependen entre 80 y 90 por ciento de la venta de camionetas (Ulrich, 2019).  Paradójicamente, según encuestas y estudios de mercado (Alonso Rebolledo, 2017), los consumidores en todo el mundo buscan, en primer lugar, la confiabilidad y la seguridad en caso de accidente, seguidas del rendimiento de combustible y el costo. El espacio interior, la altura, y otros atributos de estos vehículos están más abajo en las preferencias. ¿Cómo es que entonces se compran cada vez vehículos más grandes? Con publicidad: el gasto promocional para SUVs de las armadoras en ese país creció de 172.5 millones en 1990 a 1,500 millones de dólares en el 2000 (Thomas, 2023).  En principio, no tiene nada de malo ser icónico y preferir espacio, comodidad, lujos. Pero tener vehículos más grandes y más pesados involucra necesariamente más consumo de combustibles y más contaminación. Por su tamaño y su peso, las camionetas de 6 y 8 cilindros tienen un rendimiento de combustible muy pobre. De acuerdo con el Departamento de Energía de Estados Unidos (US Department of Energy, OEERE, s/f), ningún modelo de camioneta pickup de 8 cilindros supera los 8.5 km/l de rendimiento combinado nominal; en el caso de las SUVs el máximo es 7.7 km/l (modelos 2022 y 2023). Este parámetro no ha sufrido muchos cambios en cuarenta años, pues es similar al rendimiento promedio de las SUVs en 1983.  En lo que respecta a las camionetas de 6 cilindros la historia es similar: modelos muy populares como la Jeep Wrangler 4dr 4WD o la Mercedes Benz G550, dan 6 km/l (equivalente al rendimiento promedio de las camionetas vendidas en 1981), o la Cadillac Escalade V 4WD, la RAM 1500 TRX 4WD o la Mercedes Benz AMG G 63 4×4 Squared que dan 5.5, 5.1 y 4.7 km/l, respectivamente. Estos valores están muy cercanos al promedio observado en 1978 en camionetas de este tipo. Incluso las escasas versiones híbridas de estos vehículos no superan los 13 km/l.  Lo mismo, pero no igual El escenario en el mercado automotriz mexicano es similar al estadounidense, pero sin las buenas noticias. El RAIAVL de INEGI (INEGI, s/f) registra desde 2016 que las ventas de subcompactos han caído dramáticamente a la par que han aumentado las de las SUVs, especialmente desde 2020. Ver Gráfico 1. La oferta de modelos SUV y crossovers se ha multiplicado, mientras que algunos modelos compactos y subcompactos no están más en el mercado. Ford, por ejemplo, descontinuó el Ford Fiesta – cuyas ventas lograron superar las 20 mil unidades anuales en años anteriores – junto con otros 3 modelos compactos y 4 modelos subcompactos. En cambio, la SUV Bronco Sport y la Pickup Ranger se convirtieron en dos de sus modelos de mayor venta en 2023 (Ver Gráfico 2). Otros modelos compactos altamente rendidores también han desaparecido del mercado mexicano en los últimos años, como el Chevrolet Volt, el Prius C de Toyota y el Honda

Las Juventudes en la Acción Climática y la Transición Energética Justa

Día Internacional de las Juventudes 12 de agosto de 2024 Mary Flores, Lisbeth Camacho, Dahely Castelán, Carlos Andrés Rubio Pérez. Juventudes y Acción Climática Global La crisis climática es uno de los grandes desafíos que enfrentamos actualmente como civilización y ya empezamos a vivir sus impactos, sin embargo, también representa una oportunidad para avanzar hacia un futuro colectivo, pacífico y en armonía con la biodiversidad. Las infancias y juventudes enfrentaremos los daños y consecuencias del cambio climático de manera desproporcionada, en relación con las generaciones que nos preceden, por esta razón, promovemos acciones decisivas para lograr un futuro sostenible. A pesar de que las decisiones políticas afectan directamente nuestro futuro, las juventudes hemos sido excluidas de los espacios de toma de decisiones, con todo, hemos conseguido abrirnos camino y crear oportunidades para nuestra participación e incidencia en diversos foros nacionales e Internacionales. Gracias al trabajo de activismo de miles de jóvenes, niños y niñas , se ha empezado a reconocer nuestro papel fundamental en la definición de una ruta que nos permita hacer frente a los impactos de las diversas crisis que enfrentamos como humanidad. Así, las juventudes hemos emprendido un camino significativo en la acción climática a nivel mundial a través de diversas iniciativas, como campañas, plataformas de comunicación, incidencia en la toma de decisiones e implementación de proyectos. Algunos ejemplos incluyen: #UnaSolaGeneración:Una campaña de comunicación promovida por activistas de 13 países de América Latina, el Caribe y España. “Guardianes por la Vida“, Un movimiento iniciado por Francisco Vera Manzanares en Colombia, que busca lograr la justicia climática y la paz ambiental, reivindicando las voces de las infancias de todo el mundo a través de la ecoesperanza. #FuturosIndígenas: Una red de resistencia que posiciona narrativas, historias y acciones en defensa de los territorios y cuerpos como respuesta a la crisis climática. Participación de las Juventudes Mexicanas en la pasada COP 28 La Declaración Mundial de la Juventud presentada en la COP 28, es un llamado internacional a la acción climática realizado por infancias y juventudes de 150 países. Esta declaración es el resultado de su participación en las Conferencias Locales y Regionales de la Juventud, hackatones de política y aproximadamente 700,000 encuestas de U-Report de UNICEF. Algunos puntos a destacar de esta Declaración son: 1) Reconocer y apoyar el Balance de la Juventud (Youth Stocktake) en paralelo con los futuros procesos del Balance Global (Global Stocktake). 2) Crear Consejos Consultivos Juveniles a nivel local y nacional e implementar programas de Jóvenes Delegados Climáticos. 3) Reconocer y amplificar el papel de las infancias y juventudes como movilizadores clave de la acción climática, asignando fondos específicos a proyectos de justicia climática y litigios climáticos dirigidos por personas jóvenes. Durante esta misma COP 28, las juventudes mexicanas tuvieron una destacada participación; Michel Zárate, bióloga mexicana de 27 años, fue galardonada en los Premios de la ONU a la Acción por el Clima por su contribución en el fortalecimiento de la resiliencia climática en comunidades indígenas mixtecas marginalizadas en la sierra mixteca de Oaxaca. El proyecto por el cual recibió este premio, consiste en el abastecimiento de agua limpia, capacitaciones sobre tecnologías alternativas para tratar residuos sólidos humanos y técnicas para construir cisternas de captación de agua pluvial con materiales locales y amigables con el medio ambiente. A nivel nacional, este año se llevó a cabo en la ciudad de Toluca la Cumbre Nacional de las Juventudes (LCOY, por sus siglas en inglés), el objetivo fue amplificar la voz de las juventudes respecto a los temas de la crisis climática. Durante esta Cumbre se redactaron posicionamientos juveniles sobre distintos temas de la crisis climática, incluyendo el eje de transiciones justas, los cuales se presentarán en la cumbre regional de América Latina y, posteriormente, en las cumbres globales de cambio climático que se realizan cada año (COY y COP). Algunos puntos a destacar, de dicho posicionamiento son: Involucrar a las comunidades: es esencial poner en el centro de la toma de decisiones a las comunidades que son y serán mayormente afectadas por la crisis climática debido a proyectos de energía, la extracción de minerales críticos y los impactos de la transición energética. Descentralización de la producción de energía: es necesario el trabajo con organizaciones comunitarias para que puedan generar y administrar su propia energía. Involucrar a otros grupos históricamente oprimidos: para la toma de decisiones se tiene que escuchar y permitir actuar a poblaciones discriminadas como lo son personas de la diversidad sexual, personas neurodivergentes, con alguna discapacidad física, juventudes, personas racializadas, entre otras. Repensar el sistema económico y político actual: se debe trabajar en establecer un modelo económico humano que proteja los bienes comunales, en vez de priorizar la acumulación de riquezas en pocas manos. Perspectiva antipatriarcal, anticapitalista y anticolonialista: considerando la evidencia histórica, se plantea al capitalismo, el patriarcado y el colonialismo como las causas raíz de la crisis climática y socioambiental, debido a la opresión de mujeres y otros géneros, así como de diversos grupos poblacionales, la explotación de la fuerza laboral y la extracción y acumulación de riquezas en manos de una minoría. Promover economías solidarias como cooperativas energéticas: las cooperativas son empresas con organización completamente horizontal, donde quienes trabajan ahí son propietarias de la misma. De esta manera se eliminan los conflictos de interés, y se puede ofrecer una mejor calidad de vida a quienes colaboran en estas, a la vez que se protegen los bienes comunales, como la energía, el agua, la vivienda, entre otros. Las Juventudes y la Transición Energética Justa Las juventudes hemos vinculado las exigencias de justicia climática con la necesidad de impulsar una Transición Energética Justa (TEJ), considerando la histórica dependencia de los combustibles fósiles para la generación de energía eléctrica. Buscamos un cambio de paradigma a través de la descarbonización de las matrices eléctricas[1], la protección y conservación de los ecosistemas, y la disminución de desigualdades estructurales, creando economías solidarias para propiciar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Un ejemplo de cómo la Transición Energética Justa (TEJ) puede mejorar la

Mexico’s new leader is a climate expert. Can she save an oil nation?

She was an energy engineer, a quiet, driven Mexican academic who’d worked at a major U.S. government lab and investigated some of the toughest problems in climate change.

Claudia Sheinbaum was a natural choice when the prestigious U.N. Intergovernmental Panel on Climate Change selected scientists for a landmark report in 2014. It would warn the world was hurtling toward “irreversible” damage from greenhouse gases, and call for urgent action.

Sheinbaum’s contributions were “an added value for the team,” said Manfred Fischedick, a professor in Germany who worked on the report. “And — I would like to stress that aspect specifically — she never came across as a politician.

México y el desafío climático: renovarse o fracasar

México ha sufrido en los últimos meses fenómenos climáticos extremos: frío gélido en el último invierno y olas de calor con temperaturas récord en semanas recientes. Los expertos dicen que aún es posible revertir esta situación, siempre que el Gobierno que asumirá el 1 de octubre retome los proyectos de energía renovable que quedaron postergados hace seis años.