Iniciativa Climática de México

Relevancia de la COP30: una década después del Acuerdo de París

La Conferencia de las Partes número 30 (COP30), que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, Brasil, representa un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático. Esta edición conmemora los 10 años desde la firma del Acuerdo de París, lo que la convierte en una oportunidad única para evaluar avances, corregir el rumbo y acelerar la implementación de compromisos globales.

Uno de los temas centrales será la presentación de nuevas y más ambiciosas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs), es decir, sus metas de reducción de emisiones. Hasta el momento, alrededor de 60 países han actualizado sus compromisos, y apenas seis pertenecen al G20 (que contribuyen al 75% de las emisiones globales). Las NDCs deben reflejar los resultados del primer Balance Global y alinearse con tres elementos clave:

Triplicar la generación de electricidad a partir de fuentes renovables.

Detener la deforestación y la degradación de bosques.

Establecer planes concretos para una transición justa, equitativa y ordenada lejos de los combustibles fósiles.

Además, la COP30 será el escenario para concretar la “Hoja de ruta de Bakú a Belém”, que busca movilizar hasta 1.3 mil millones de dólares anuales en financiamiento climático hacia 2035, combinando recursos públicos y privados. Este esfuerzo implica definir cómo se distribuirán los fondos entre mitigación, adaptación y pérdidas y daños, así como establecer mecanismos innovadores que no generen más deuda.

Otro eje fundamental será la adaptación y resiliencia, con énfasis en integrar las pérdidas y daños como prioridad política. Se espera que los países revisen las metas de financiamiento climático, aborden el problema de la deuda y definan métricas claras para evaluar el impacto real de los recursos en las comunidades más vulnerables.

Finalmente, la cumbre de Belém busca pasar de la negociación a la acción. La Presidencia de la COP30 ha definido 6 ejes estratégicos con 30 objetivos concretos para acelerar la implementación de los compromisos existentes, incluyendo los derivados del Acuerdo de París y del Balance Global.

A pesar de su relevancia, la COP30 se desarrolla en un contexto global complejo que plantea múltiples desafíos, por ejemplo, por mencionar algunos:

Inestabilidad geopolítica: La escalada de violencia en conflictos como los de Ucrania y la Franja de Gaza pone en entredicho la eficacia del multilateralismo y la solidez de los espacios de concertación internacional. Asimismo, han desviado la atención política y financiera de la agenda climática, dificultando la cooperación internacional.

Salida de Estados Unidos del Acuerdo de París: El retiro del mayor emisor histórico de gases de efecto invernadero ha dejado un vacío de liderazgo que aún no ha sido cubierto por otro país.

Narrativas negacionistas: El surgimiento de líderes con discursos que minimizan o niegan la crisis climática amenaza con frenar avances y debilitar consensos globales.

Compromisos insuficientes: Aunque hay avances en la inclusión de metas para energías renovables, muchos países aún no presentan compromisos suficientemente ambiciosos. Un tema pendiente, por ejemplo, es la inclusión explícita de metas para abandonar los combustibles fósiles.

Estos retos exigen una respuesta firme, coordinada y basada en evidencia científica. La COP30 no puede ser una cumbre más: debe ser el punto de quiebre hacia una acción climática efectiva y transformadora.

México en la COP30

México llega a la COP30 en un momento clave. Está por presentar su nueva NDC, lo que representa una oportunidad para pasar de la retórica a liderar con el ejemplo. Un compromiso alineado con la ambición global podría posicionar al país como referente regional en acción climática.

Iniciativa Climática de México compartirá el pabellón “Regional Climate Foundations” junto con otras siete fundaciones internacionales. En este espacio se realizarán alrededor de 50 conversaciones sobre ambición climática, justicia, adaptación y financiamiento (entre otros temas), para compartir experiencias en la implementación de proyectos, la articulación de alianzas entre sectores y regiones, y la generación de conocimiento para avanzar en la toma de decisiones.

PRECOP: la implementación y las Plataformas país

Las contribuciones nacionalmente determinadas (NDC) son básicamente el compromiso que cada país hace para ayudar a enfrentar el cambio climático. Son como una hoja de ruta que indica qué políticas, inversiones y acciones se pondrán en marcha para reducir emisiones y adaptarse a los efectos del calentamiento global. Estas metas son parte central del Acuerdo de París, y cada país tiene la responsabilidad de actualizarlas cada 5 años y hacerlas cada vez más ambiciosas, es decir de mayor escala y alcance.

Con la COP30 a la vuelta de la esquina, es clave que los países de la región presenten NDCs más sólidas, alineadas con los objetivos del Acuerdo de París y con los resultados del Balance Global (GST). Pero no basta con prometer: también hay que mostrar cómo se van a cumplir esos compromisos, con planes claros, recursos bien definidos y colaboración entre países. Para que las NDCs realmente se implementen, los gobiernos deben calcular cuánto costarán las medidas que proponen y cómo van a financiar todo eso. Esto implica reorganizar el presupuesto público, atraer inversión privada, aprovechar el apoyo de bancos multilaterales y buscar cooperación internacional. Una herramienta útil que ya se ha probado en otros países son las llamadas “Plataformas País” o Country Platforms.

Estas plataformas son alianzas lideradas por los gobiernos que ayudan a conectar los planes climáticos con el financiamiento necesario. La idea es juntar esfuerzos públicos y privados, nacionales e internacionales, para invertir en sectores clave como energía, transporte, agricultura o conservación. Lo importante es que estas plataformas reflejen una visión de desarrollo justa y sostenible, y que estén alineadas con metas climáticas ambiciosas.

Para que funcionen bien, estas plataformas deben cumplir con cinco principios básicos:

1. Compromiso político fuerte, con apoyo desde el más alto nivel del gobierno y participación activa de los sectores clave.

2. Diagnóstico claro de necesidades, que identifique qué se necesita invertir y cómo se puede implementar.

3. Mecanismos financieros definidos, que den señales claras al mercado y conecten con las fuentes de financiamiento disponibles.

4. Transparencia, siguiendo buenas prácticas que generen confianza entre todos los actores involucrados.

5. Flexibilidad, para adaptarse a cambios en las prioridades o en el contexto nacional e internacional.

En resumen, todos los países deben presentar NDCs más ambiciosas, con metas claras y planes concretos para cumplirlas. Esto incluye compromisos de inversión y estrategias para movilizar recursos. Los países desarrollados y los del G-20, que juntos generan más del 75% de las emisiones globales, tienen una responsabilidad especial: deben liderar con el ejemplo y aumentar su ambición, apuntando a la neutralidad de carbono y reduciendo sus emisiones al menos un 43% para 2030 y un 60% para 2035, según lo recomendado por la ciencia.

La PreCOP (Pre-Conferencia de las Partes) que convoca la Iniciativa Climática de México y la Embajada Alemana en el marco de los “Diálogos Climáticos”, es una etapa preparatoria clave para las negociaciones climáticas internacionales, donde se alinean posiciones, se generan consensos y se impulsa la ambición climática en México antes de la COP oficial. Su objetivo principal es facilitar el diálogo entre gobierno, sociedad civil, sector privado y cooperación internacional para fortalecer la colaboración entre actores clave y acelerar la implementación de medidas concretas en el país.